Sobre la huelga general por Palestina

No hay duda de que hay que parar todo para detener el genocidio que está perpetrando Israel en Palestina, en connivencia con Estados Unidos y los países Europeos, cuyas dinámicas colonialistas no nos pueden ser ajenas. Tampoco hay duda de que solo la clase obrera organizada es capaz de detener el sistema productivo de un país. Y es en este sentido en el que CNT Granada nos preguntamos si la clase trabajadora está actualmente tan organizada en sectores estratégicos como para que una huelga general tenga el impacto que se desea y llame la atención sobre el genocidio en Palestina.

En un primer momento, antes incluso de los anuncios de huelga general de otros sindicatos, CNT Andalucía apostamos por una huelga en el sector de la Enseñanza Pública Andaluza, pues conocemos bien que el profesorado, junto con las AMPAS o AFAS, lleva tiempo en movilizaciones, resultando desde el verano en las Mareas de Educación por Palestina. Así las cosas, a petición de la Coordinadora de Educación Pública de uno de nuestros sindicatos, se decidió por unanimidad que una huelga en este sector permitiría que docentes y familias siguieran trabajando y concienciando sobre Palestina.

CNT somos un sindicato de base, es decir, que nuestras decisiones son tomadas de abajo arriba: son los y las trabajadoras organizadas en nuestros sindicatos quienes toman las decisiones. Las secciones sindicales de CNT Granada hemos visto que preparar una huelga general que llame a secundarla a todos los sectores productivos en apenas una semana es una ardua – por no decir prácticamente imposible –  tarea: es difícil llegar en tan poco tiempo a aquellas trabajadoras/es de las empresas en las que sí tenemos presencia para que ese día hagan huelga con nosotras y, aún más complicado todavía, llegar a las plantillas de los sectores productivos en los que no tenemos presencia para que se unan el 15 de octubre a las protestas y paren de producir ese día. Eso, si es que nos tomamos en serio lo que supone una huelga general. Otra cosa distinta es que esta convocatoria se esté tratando de una huelga de carácter simbólico utilizando, además, las redes sociales como casi único medio de difusión y no emanando de los centros de trabajo: ¿cuántas personas que no participan de movimientos sociales se habrán enterado de esta convocatoria del 15 de octubre?

Así pues, queremos ser honestas con nuestra afiliación, a quienes nos debemos, con nuestras secciones, motor de nuestro sindicato, y con todas aquellas personas que simpatizan con nuestras ideas: una huelga es una poderosa herramienta de lucha de la clase trabajadora y, como tal, debe usarse con estrategia y, por qué no, con tiempo (como así se vino haciendo en las Huelgas Feministas del 8M de 2018 y 2019: meses y meses de trabajo previos al gran día en el que todas paramos y salimos a las calles por el fin del patriarcado).

Si la huelga no sirve para detener de verdad el tejido productivo, aunque sea por un día, para formar asambleas de trabajadoras/es que debatan qué pueden hacer por Palestina, etc, ¿de qué sirve para el objetivo de detener el genocidio, de pedir el cese de relaciones con el estado sionista? Debemos plantearnos si nuestras luchas son cascarones vacíos o tienen un movimiento real detrás. Y, como es el caso que nos concierne, si queremos que esta tenga un apoyo desde la base de la clase trabajadora y que desborde los límites de lo que conocemos como ‘movimientos sociales’, no basta con convocar ‘a golpe de corneta’ una huelga. Necesitamos trabajar en el desarrollo de nuestra afiliación, así como de la clase trabajadora en su conjunto. Un trabajo más difícil pero necesario, que cambia cualitativamente las posibilidades de enfrentarnos ante la barbarie.

Desde CNT Granada, seguiremos con nuestro compromiso de solidaridad internacionalista con los pueblos oprimidos, tejiendo redes sólidas entre la clase trabajadora de todo el mundo. Y esperamos que en un futuro cercano podamos plantearnos una huelga general ante el genocidio sionista movida por la clase trabajadora organizada en sindicatos. Con todo, esperamos que el 15 de octubre sirva para seguir hablando de Palestina.

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