Convocatoria Unitaria 1 de Mayo

FRENTE A SUS TAMBORES DE GUERRA, SOLIDARIDAD OBRERA

Desde las organizaciones del sindicalismo combativo, CGT, CNT, CSTA, SAT y USTEA, este 1º de mayo salimos a las calles una vez más, en una jornada de lucha y reivindicación para movilizarnos contra un sistema capitalista que condena a la clase trabajadora a una vida de guerra, miseria y precariedad.

Durante este año, hemos visto cómo la inflación no cesa y está provocando un empobrecimiento cada vez mayor de la clase trabajadora en todo el mundo. El Estado español ocupa el 4º puesto en inflación en la cesta de la compra en la UE. A esto se le une la subida de las hipotecas y alquileres que suponen casi la mitad del salario de la gran mayoría. La precariedad laboral continúa siendo el día a día en el mundo del trabajo; en el último trimestre han aumentado los contratos parciales, y aunque los datos de creación de puestos de trabajo indican una subida, los contratos fijos-discontinuos se han disparado y se estima que cada nuevo afiliado/a a la seguridad social en 2023 firmó de media 28 contratos. Las cifras de pobreza son escandalosas, el 26,5% de la población en el Estado español vive en riesgo de pobreza o exclusión social, y en Andalucía se sitúa en un 37,5%.

Mientras que la situación para nuestra clase social cada vez es más precaria, la alternativa que nos ofrecen no está siendo otra que la guerra. El gobierno ha protagonizado el mayor aumento del gasto militar en los últimos veinte años, cifra que asciende a un total de 82.100 millones desde el año 2019. Estos números concuerdan con el tono belicista y de normalización de la guerra que trasladan líderes políticos, sobre todo después de la guerra de Ucrania. Recientemente, Ursula Von der Leyden aseguraba que “no hay que exagerar los riesgos de la guerra, pero hay que prepararse para ello”. En el Estado español, Margarita Robles, ministra de Defensa, decía que “la amenaza es total y absoluta….”. No hay que tomarse esto a la ligera: el genocidio televisado que está cometiendo Israel contra el pueblo palestino, tolerado por razones meramente geoestratégicas, ya asciende a más de 30.000 muertos.

Ante este panorama, la clase trabajadora debe ser capaz de levantar una política independiente a los gobiernos e intereses de los de arriba. Lo cierto es que no deja de haber resistencias, casos paradigmáticos como la huelga del metal en Cádiz (2021) se enmarcan en datos que muestran un aumento de la conflictividad en los últimos años. De enero-agosto de 2022 se registraron 475 huelgas y en el mismo periodo de 2023 ascendían a 551 huelgas. No obstante, a menudo se trata de luchas aisladas, sin ningún eco mediático, tensionadas por las presiones propias de la patronal y de direcciones burocráticas de organizaciones sindicales. Mientras que en Granada quienes nos movilizamos estamos sufriendo la represión por parte de la Junta de Andalucía, que quiere meter en la cárcel a tres sindicalistas por un conflicto en el sector limpieza, y los trabajadores/as del sector de hostelería sufren las consecuencias de una turistificación cada vez más salvaje, abusos por parte de la patronal e incumplimientos constantes del convenio. Debe darse un horizonte a estas luchas, coordinar acciones, unificarlas mediante prácticas de solidaridad, estableciendo puentes. Y, además, debe darse un horizonte que vaya más allá de la confianza en la concertación social.

Por todo ello salimos a la calle este 1º de mayo y seguiremos saliendo el resto de los 365 días, para reivindicar unas condiciones laborales dignas, para unificar y coordinar las luchas y para levantar una alternativa posible a este sistema que solo nos ofrece guerra, crisis, precariedad y desempleo.

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